Tres ríos, añadido el estancado Ilz, que moldean las piedras romanas de la ciudad. Se me ocurre aparecer en Alemania cuando pasan en Baviera el invierno más frío, más largo y con más nieve del último siglo.
Cien años entre tormenta y tormenta, y me van a recordar a mí por el mal tiempo.
Y quién me diría que al fín conseguí hablar alemán, en mes y medio; más dos semanas para perderme en los trenes, hacer esquí de fondo y ponerme raquetas por zapatos sobre dos metros de algodón helado.Quién me cree si digo que he sido cebolla entre capas de ropa y ropa, y practicante de cinco despachos en el ayuntamiento. Que he tenido papiros de hace 900 años en mis manos y un diario en Latín de hace medio milenio. Y no contenta con una casa para mi sola, no he hecho ni una sola fiesta. Tampoco amigos. Sin embargo, me han venido a visitar, y ya me daba igual que la radio se encendiera sola a media noche.
No he encontrado, ni buscado, ni decidido, ni perdido, ni ganado. Mas he cantado por las mañanas mientras desayunaba con Fede, con Fran, con Arjona... y el termómetro marcando los -20º incapaces de congelar las canciones que espero los vecinos escucharan a toda voz.
He sido indiferente, y ahora me da medio igual todavía haberlo sido, pues con la escaséz de preocupaciones también se vive bien. Al menos, por un tiempo.
Me llevo un poco de blanco, de dulces y compañía vacía.
Dejo, pardiez que lo hago con gusto, el frío y despedidas sin respuesta.
Y aunque todo suene algo triste y anímico, creed la mitad de la mitad del cuarto de la nostalgia.
Y así susurro, a quien no lee... que nunca te eché de menos, y si bien sé que miento, tampoco tú lo admitirás...
Siguiente destino, París.
2 comentarios:
Bienvenida!
en Paris te esperan nuevas experiencias que espero compartas, que sin viajar los que te leemos conocemos nuevos lugares, gracias.
Besos y calor ;)
Estuve en Passau este diciembre, y me encantó, aunque no tengo una visión objetiva. Pásalo bien en París (si no has vuelto ya)
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