Después de tanto tiempo, él seguía colgando el último el teléfono, con la esperanza de que ella no lo hiciera, y ambos se quedaran callados, esperando la risa y el rubor de no querer despedirse el primero.
Después de tanto tiempo, ella seguía mirando por el retrovisor de su coche, por si algún día él volvía a quedarse en la puerta, despidiéndose, esperando a que ella girara la calle, con la mano aún levantada y el regazo ardiendo para el día siguente.
Los dos seguían esperando ese gesto. Pero ninguno lo reclamaba, porque el tiempo, aunque no mata el corazón, lo calla, y deja que el anhelo se vuelva hielo.
Porque a veces no hay cosa más triste...
... que un recuerdo feliz.
7 comentarios:
JO, cuanta razón tienes. Con lo facil que es hacer un gesto...
Besos dulces
Que gran verdad.
porque no hay cosa más triste que vivir de los recuerdos, y quedarse allí deseando que for favor nada cambie.
Besos Elendaewen ;)
qué bonito, y qué triste, ese recuerdo feliz!
Porque a veces no hay cosa más triste...... que un recuerdo feliz.
Touche!!!
Un saludo
Sencillamente...genial...
ups!! pemíteme que me presente...soy neruda..una mamá en apuros que ha llegado hasta tu blog y se ha quedado sin palabras...
Me he tomado la libertad de publicar en mi blog esa gran frase (porque a veces no hay cosa más triste...que un recuerdo feliz).
Enhorabuena por el blog!!! Un besito
Sencillamente...genial...
ups!! pemíteme que me presente...soy neruda..una mamá en apuros que ha llegado hasta tu blog y se ha quedado sin palabras...
Me he tomado la libertad de publicar en mi blog esa gran frase (porque a veces no hay cosa más triste...que un recuerdo feliz).
Enhorabuena por el blog!!! Un besito
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