Prometida

Me han pedido en matrimonio. Y como en la broma que siempre hago con mi madre... ha sido un rubio de ojos azules. No se ha puesto de rodillas, pero tampoco hacía falta. Sus padres estaban delante y sonrieron ante la pregunta. Sus hermanos de testigos. "Hay sitio en mi casa" me dijo. Es curioso, que sea la segunda vez que me ofrezcan quedarme aquí, y una oferta tan buena... A la tercera va la vencida; y eso que la segunda ha sido muy tentadora.
No le importa la diferencia de edad, le gusta cómo cocino y me hace reir. Quizá el idioma es lo que crea una barrea, mas no será un problema en cuanto pase el tiempo. Además, cuántas parejas están juntas y hablan la misma lengua, y no se entienden. Pero nosotros nos entendemos bien. Incluso me llevo de maravilla con los padres, quienes también me han ofrecido que me quede.
Nadie ha entendido por qué me he quedado mirando antes de sonreir y negarme...

Hoy ha venido a cenar la familia de los niños a los que llevo cuidando dos meses. Julia no entendía bien el motivo, pero no le importó cuando vio los chocolates sobre la mesa. Christoph y Michael tenían una ligera idea... eso de que la madre les pusiera una cajita en la mano, un regalo para que me lo dieran al llegar y que "en una semana vuelve a casa" podía abrir una idea en sus mentes. No hay distancias a esa edad. Los adultos podemos todo para ellos. Christoph, el mediano, de 6 años, ha sido mi Casanova. Será porque también soy la mediana en mi familia, será porque me encanta cómo juega y corre por la casa, cómo inventa las travesuras más originales. Cómo permanece callado cuando leo en voz alta. Esos ojos cielo claro que derretirán a más de una.
Julia es especial sin duda, Christoph es el proyecto de hombre que me gustaría moldear y por eso lo mimo. Michael también es especial, con 8 años, se pasa las horas leyendo.
Mas Christ ha preguntado por qué me iba... Por el mismo motivo por el que vine, supongo, no lo sé. Su madre le dijo que mi familia me esperaba en España, mis amigos, que tenía cosas que hacer allí... Alguien hizo una broma, diciendo que el hecho de que mi visado de turista caduque tiene algo que ver. Y cómo puedes quedarte sin tener el visado -los niños nunca se cansan de preguntar. Más risas por parte de los mayores. Le digo que tendría que pedir otro en cualquier caso, y que llevaría un tiempo. Otra voz dice que podría casarme y no habría problema. Aumentan las carcajadas. Me mira pensativo. "Pues cásate" Qué fácil parece dicho así, reducido a dos palabras. El sonido de las risas es tal que a penas le escucho. "Y con quién voy a casarme, no tengo novio... ¿contigo quizá?" Se pone rojo como un tomate. Está de pie, a mi derecha. Asiente con la cabeza.
Río con los demás mientras le doy un beso en la mejilla antes de que se escape de mi alcance. Podría decir que sí, sería muy fácil, estoy segura que me tiene al menos cariño.Y pienso, que dichosa mi suerte. Por una vez que me piden en matrimonio, y es un niño de 6 años.Y sabéis qué...

...aún tengo una semana para pensarlo.