07 noviembre 2005

Versos...

A veces, demasiadas, debemos soportar
el pálpito constate de las lágrimas,
el sol amaneciendo en la persiana
ante el brillo lechoso de los ojos cansados.

Y días calcinados como los pedregales,
amargos y baldíos. Una estepa del alma
que encoge el corazón de quien la cruza.

Después de haber amado nos espera
el hueco que dejaron sus manos y su voz,
y esa foto susurrándonos
que desde aquella hora somos algo más viejos



Juan Mª B. F.

De mi guía en París, en futuro imperfecto.

No hay comentarios: