26 mayo 2006

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Aún era de día. Había terminado pronto de cenar y decidió dar un paseo para bajar la comida, los pensamientos y el sueño. No anochecería hasta dentro de un par de horas, y mientras hay luz, hay gente. Con zapatillas de deporte por si le apetecía correr, el pelo recogido tras un pañuelo, bajó a la calle y comenzó a andar. De allí al río, pasando por la estación de tren. Seguir su curso hasta al puente y cruzar el parque que regresa a la casa. Fácil. A mitad de camino se encuentra con un grupo de turistas que siguen a un paraguas. Las piernas le cosquillean protestando y comienza a correr. También cosquillea la nuca, de cuando sientes que te miran. Algo brilla tras su espalda, y unos cuantos extranjeros aplauden ante el espectáculo. Acostumbrada, sigue su paseo. Al acercarse al árbol de la esquina, escucha a su espalda un "Mademoiselle" cercano. Se gira, pero no tiene tiempo a más. Siente dolor en la espalda tras el golpe con el árbol. "Oh, petite belle. Jolie" Consciente, la ira, vergüenza e impotencia se adueñan de ella. Una mano que aprieta su muñeca, otra que manosea la camiseta y busca, y baja. Es cuestión de segundos. Él queda paralizado tras el primer golpe en la entrepierna, y en el suelo después de apretar en el tendón del omoplato. Quiere herirle más, pero sus piernas corren dirección lejana a esa esquina, y no piensa, no mira. Odia. Llega y sube los 6 pisos sin parar y entra en la casa. Cierra, mareada. Se quita la camiseta, asqueada, de camino al dormitorio. Se tira en la cama aún con el resto de la ropa, se encoge y el dolor le hace caer dormida. Aún era de día, pensaba. Aún era de día.
Me he despertado en total oscuridad. Al encender la luz he visto que aún tenía la ropa puesta y que mi camiseta estaba en la cesta de la basura. (Aún era de día) Y he querido gritar. Ella me miraba desde la puerta, segura, con el pañuelo sobre el pelo. ¿Dónde está tu rey, tu protector?¿dónde tu paladín?¿dónde estaba la voz que te regala su recreo y noches en vela? Me pregunta. Me pregunto ¿dónde están ahora? Dónde estoy que no te tengo. Y siento la distancia. Y odio. No hay más odio en el mundo que el que había bajo su piel. ¿Mi piel? Ella desaparece en cuanto me vuelvo a tumbar. Un calmante para la espalda. Agua. Una ducha. Irrealidad. Deshacerse en letras para el desahogo de una pesadilla. Porque fue eso. Un mal sueño. Dormía.
Sólo dormía.
...
¿No?

5 comentarios:

pqueno dijo...

realidad o sueño?

dolor o....?

(me encanta)

abrazos ausientes desde el norte

Elena Martín dijo...

espero que fuese un sueño...
La sensación al despertar...el odio...espero que desaparezcan.
Besos Elendaewen

Isthar dijo...

Sin duda una pesadilla de esas que nos además dejan su sabor en la boca del estómago...

gaitero en el exilio dijo...

por un momento pense q habia sido real, un abrazo para q sueñes algo bonito con el
un saludo del gaitero

Carlos (Sr. Chow) dijo...

Para la angustia que me has causado espero que haya sido un sueño.

Sobre la realidad de los sueños y los sueños de la realidad, para qué decir más...

¡Un saludo!