30 marzo 2007

El deseo

Leo miró al cielo y dejó en una estela el deseo que tanto tiempo había pedido. Antes de alejarse del alféizar y correr a contárselo a la abuela, pensó en cuántos sueños podría llevar una estrella. A quién le correspondía, cuál viajaría hasta aquel lugar más allá de las montañas donde vivía el gigante de los cuentos del abuelo. Luisito dijo que también miraría para pedir una bici nueva. Y Bea siempre presumía de cuántas había visto el último verano.
¿Quién habría pedido primero el deseo?
Llegó al estudio; la abuela pintaba.
- Qué Leo ¿has pedido ya tu deseo? – limpió un pincel en el delantal.
- Sí.
- Seguro que se cumple.
Por un segundo creyó escuchar algo tras la puerta e ilusionado se acercó a la entrada. Pero se paró antes de tocar el manillar. El deseo no se cumpliría, lo sabía, no era para él.

El pomo permaneció inmóvil y el viento trajo nubes.
No volvería a verlos en el desayuno, el periódico inmóvil y las zapatillas de papá guardadas.

9 comentarios:

rhino dijo...

Las estrellas vuelven porque el cielo se vuelve a poblar de ellas.
Tan sólo quedan agazapadas. Siempre permanecen y esperan su momento para volver a salir, para provocar nuevos deseos.
Los deseos animan a seguir, no importa que no se cumplan, porque continúan.
Al día siguiente o al otro salen saldrán de nuevo las estrellas y con ellas los deseos...

Besos estelares

DANI dijo...

Los deseos deberíamos provocarlos nosotros con nuestra predisposición.

De todas maneras, sigo esperando deseoso a que llegue la nueva lluvia de agosto.

Besos fugaces

Danelí dijo...

y vuelvo a cantar
Luna lunita
regálame una estrellita.


yo también quisiera una lluvia de deseos, en cualquier mes.

=)*

Darkhorse1974 dijo...

Ay!!! si cumplieran todos mis deseos, lastima que no haya sido asi.

Un abrazo

Misántropo dijo...

Pues yo creo que los deseos hay que dejarlos donde mejor están. O sea, en las estrellas.

Anda que si algunos se cumplieran!

Besos santos de semana vacacional.

Elena Martín dijo...

no es sencillo encontrar deseos que pedir cuando lo que realmente se desea es como lo que busca Leo más allá de las estrellas...
Besos grandes

Anónimo dijo...

Demasiadas veces el viento trae nubes sobre los deseos y los pomos permanecen inmóviles…incapaces, ateridos, esperando escuchar el timbre de la bici nueva de Luisito o temerosos…quizás…de las estrellas se vuelvan amnésicas un día.

Un beso.

Anónimo dijo...

Hay que pedir deseos pequeños
acumularlos en los cajones
junto a los calcetines rotos

Que sirvan de nido a tus sueños
y den calor a un corazón dormido.
Hay que pedir deseos pequeños.

Un saludo

Carlos (Sr. Chow) dijo...

Tiene tu cuento ese tono costumbristas de las grandes clásicos españoles, ¿sabes?

Mmm, ¿qué habría pedido?