15 enero 2008

Luces y rutinas

Por las mañanas tomo el café de pie, apoyada en la encimera. Café con galletas; café con tostadas. Café con café. La luz azul del fluorescente, la oscuridad en la calle, alguna farola que parpadea, rota, hasta que se apaga.

Voy andando siempre que puedo. Tarde lo que tarde, anulo sin piedad la distancia. Tengo piernas para andar, no para correr detrás de un autobús. Tengo piernas y voz, y al igual que ando, canto, y así nada es lejos, sólo tú cantando por mi boca.

Comer, para ocultar mis huesos; comer, para callar a la sociedad anoréxica de sentido común. Comer por comer, por rutina. Cuatro veces al día. Comer contigo. Comerte.

Sólo voy en autobús por la noche. Por el frío. Por las farolas rotas. Aún así, me bajo siempre un par de paradas antes de la mía. Y ando; imprudente mujer sola, como etiqueta. Imprudente, pero no inconsciente.

Me gusta escuchar las últimas noticias de la noche y la primera canción del nuevo día. A las doce. A las 00:01. Una emisora cualquiera. Una mujer sola andando por las calles. Una farola rota que se apaga.


La ciudad a mis pies.

Te imagino entre la multitud de luces que aún no se han roto.

12 comentarios:

manuel_h dijo...

y en el centro: comerte. Buen día!

besos

Danelí dijo...

Porque las luces dicen tantas verdades (movimiento, distancia, velocidad) y "aunque es muy grande la ciudad, yo presiento que nos vamos a encontrar" (fragmento de los Enanitos Verdes).

Un gusto volver a leerte
beso
=*

pez dijo...

Y que no se rompan sino que sigan parpadeando para resaltar entre todas.

Me ha gustado mucho.

DANI dijo...

Se me hizo eterno este tiempo. POr suerte esta vez no rompió el suelo bajo mis pies.

Besos luminosos

Nadie dijo...

Si aún tienes sueños aún estás viva.
Imaginar entre la multitud oscura la luz no es pequeña tarea, pero es la única que merece la pena.
Hoy ha amanecido con el termómetro en positivo. El frío no se atreve a acercarse al mar. Enhorabuena.
Te deseo que el nuevo año te sea propicio.
Queda con Dios, con el verdadero, con el Dios Sol.

Anónimo dijo...

Yo tambien adoro pasear por la noche y disfrutar de la multitud de luces.

La ciudad a tus pies y el mundo si te lo propones.

Un abrazo

Misántropo dijo...

Temblorosas y ruborizadas las farolas que, a tus pies, aún siguen en pie para no perderse la rutina cotidiana del hinojo ante tu imagen, fatigada y soñadora. Y si no me equivoco...¿salerosa?

No hay sequía que cien años dure. Ni paciencia mejor recompensada.

Un beso.

D. Herque dijo...

Los rituales…las rutinas, forman parte de nosotros mismos , de nuestro dna mas intimo y dicen de nosotros… a veces…mas que las palabras.

…y seguro que la ciudad ignora que sus luces dibujan algunos de tus sueños.

(Ignorante ciudad) (Anoto cambiar la bombilla fundida frente a mi casa)

Un beso.

Carlos (Sr. Chow) dijo...

Te gustaría un cómic de un japonés muy bueno llamado Jiro Taniguchi. Se llama "El caminante" y trata únicamente de un hombre se dedica simplemente a andar.

Me parece estupendo que andes cada vez que quieras, somos caminantes, a mí también me gusta, pero ten cuidadillo a la hora de las luces rotas, por favor. Un día no se va a poder ni andar.

Un saludo.

Pablo Rodríguez Burón dijo...

feliz año (algo retrasado, lo sé) y un abrazo fuerte!

libertad dijo...

Salir así de una época de sequía, es todo un lujo.
Precioso lo que cuentas y cómo lo que cuentas.
me alegro de tu vuelta.
Feliz año!!!

Lucía dijo...

Hola. he descubierto tu blog por casualidad y me parece fascinante, te iré leyendo... un abrazo.

-Lucía-
www.luciebryce.es