30 noviembre 2008

Pagaré


Te debo los abrazos y los hombros
te debo los besos tras la pantalla
te debo las ciudades que no descubrimos
y te debo una vida de explicaciones y cafés.
Porque noviembre ha terminado
y para ti siempre llegaré
una hora más tarde.
De la mediocridad de mis sentidos
no merecías recibir ni lágrimas
ni puños
ni cristales.
Pero me encontraste hecha hojalata
oxidada
y de herrumbre llené tus manos.
No merecías llorar al despedirte
ni dormir solo aquella noche.
Te debo todos los caminos.
Todas las canciones.
Pero sé que nunca vendrás de nuevo
a reclamarlos.













.
.No hay un día que no me duela,
que no lo recuerde.
Ese es el castigo de los cobardes.

1 comentario:

manuel_h dijo...

quédatelos sin remordimientos!