07 marzo 2007

Motor de cambio

Con la venia señoría:
Joder.
Que espesas están las letras, que abstracto todo. Que desconcierto es este, que vuelan notas y no hay instrumento culpable del estruendo. Otra vez. Metáforas; todo tan arcaico, tan lejano, tan vacío. Si al menos mi memoria entendiera lo que en un desvarío insomne escribí. Y supongo que se entiende, sobreentiende o mal interpreta. Quizá sea hora de cambiar el sistema y volver a lo real. O empezar con ello. Deshacerme del letargo y el petate. Sacudirme telarañas, saltar sobre la tela y romper con la incomodidad de soportarme a mi misma.
Condenados a ser libres y a cambiar.

6 comentarios:

Edu Solano Lumbreras dijo...

Exactamente. A ser libres. Y a cambiar.
Pero no es una condena. Es una suerte de liberación, una recompensa para los que decidieron decir adiós al desconsuelo.

Unknown dijo...

....si hay que cambiar.... ya sabes donde estoy.... ;)

libertad dijo...

Bendita condena, bendita condena, amiga.
Besos

P.D.Yo te estaré esperando con el motor encendido.

Shh... dijo...

los cambios son oportunidades, aprovéchalas ;)
besitos...

pqueno dijo...

dulce condena

Isthar dijo...

Me parece una buen condena, aunque a veces pese ;)