Algún día me tomaré a chirigota todo lo que hoy me quita el sol y el aire.
Colgaré el exceso de responsabilidad y me presentaré por sorpresa en tu casa. Tiraré los papeles y las normas, ahogaré las bombillas que me broncean y me coseré dentro (muy dentro) mis principios, la plata quemada de mis ojos.
Con este propósito miro el buen día tras la ventana, y apuro un poco más el reloj para escribir, porque a pesar del mar, mi sal está en un domingo más de trabajo.
Casi me reflejo en la pantalla y veo, entre tanta melaza de responsabilidad, un atisbo de memoria, de una vida que fue mía, de un otoño al otro lado del océano, el invierno congelado al sur de lo alemán en la canela de piel. Un comienzo de libertad en Nueva York, y la mentira americana. Los manuscritos de Hitler en la ciudad del frío.
Y la luz, el atardecer en los Campos Elíseos, el Sena bajo los puentes, Notre Dame oscura y Saint Michel vivo.
Casi me reflejo en la pantalla. El sol está alto y el cielo limpio. Me acuno un poco.
Colgaré el exceso de responsabilidad y me presentaré por sorpresa en tu casa. Tiraré los papeles y las normas, ahogaré las bombillas que me broncean y me coseré dentro (muy dentro) mis principios, la plata quemada de mis ojos.
Con este propósito miro el buen día tras la ventana, y apuro un poco más el reloj para escribir, porque a pesar del mar, mi sal está en un domingo más de trabajo.
Casi me reflejo en la pantalla y veo, entre tanta melaza de responsabilidad, un atisbo de memoria, de una vida que fue mía, de un otoño al otro lado del océano, el invierno congelado al sur de lo alemán en la canela de piel. Un comienzo de libertad en Nueva York, y la mentira americana. Los manuscritos de Hitler en la ciudad del frío.
Y la luz, el atardecer en los Campos Elíseos, el Sena bajo los puentes, Notre Dame oscura y Saint Michel vivo.
Casi me reflejo en la pantalla. El sol está alto y el cielo limpio. Me acuno un poco.
Maldita sea.
Hoy es primavera en París,
y yo no puedo verlo.
5 comentarios:
Para dejar todo lo que dices que tienes que tener el valor para hacerlo, dejar todo y tocar la puerta de quien no te espera.
Hoy es primavera en muchos lados, yo me quedo con mi ciudad gris.
Nos leemos.
pues por aquí el verano ya se ha comido a la primavera hace semanas...
un abrazo acalorado!
Yo llevo la lluvia parisina en mi corazón. Pero la primevera no la he visto aún. Probablemente la 6ª vez que vaya.
;)
Ahora que canto la chirigota de mi propia vida anhelo el invierno romano. Así que iré a verlo, a conocerlo, a odiarlo. Allí no quedan ventanas. Bendita sea.
Un (b)eso...
¿Y a que esperas?... ¿Otoño sobre el agua de Giverny? ¿Frío para que Gioconda se tape con una bufanda? ¿Luz irritando los arcos en Des vosges?
¡Vamosss¡…que no se diga que es el Corte Ingles quien marca las estaciones.
Un beso que rebota en esa pantalla.
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